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- Rebelión en las aulas de Económicas
domingo, 6 de abril de 2014
Tablas: FRENTE CÍVICO AVILÉS
"El mundo ha cambiado, pero el programa de Económicas no ¿Ha llegado el momento de hacer algo?".
La chispa prendió en la Universidad de Manchester. Los estudiantes estaban hartos de tener que "aprender" más de lo mismo,
como si no hubiera ninguna lección que extraer de la debacle financiera
del 2008. Mentar a Keynes en las aulas (y no digamos a Marx) sigue
siendo tabú. La única teoría válida es la economía neoclásica, aderezada
con el neoliberalismo económico y con el libre mercado. Todo lo demás
es anatema.
Contra esto se rebelaron los universitarios de Manchester, que fundaron hace un año la Post-Crash Economics Society y firmaron un manifiesto para reclamar "un currículo crítico y pluralista". Unos meses después se organizó en Londres la primera conferencia de Rethinking Economics,
la red internacional de estudiantes, profesores y ciudadanos que
reclaman otra manera de enseñar la economía. La mecha se ha propagado ya
por Europa, Asia y América, con mención de honor a la PEPS-Economie en Francia y a la Netzwerk Plurale Oekonomik en Alemania.
"Enseñar Económicas es un acto fundamentalmente político",
declara a título personal Diana García López, que contribuyó lo suyo a
la "movida" estudiantil de Manchester antes de recalar en la Universidad de Cambridge,
donde participa activamente en la Sociedad para el Pluralismo
Económico. "Lo que discutes (o no discutes) en un seminario, lo que
incluyes o no en un currículo, sirve para conformar la mente de la próxima generación de economistas.
Los académicos crean y perpetúan las teorías económicas que en última
instancia justifican las políticas que nos afectan a todos".
Diana tiene
32 años y lleva un extenso bagaje en Físicas. Se doctoró en la UPMC de
París y dio el salto a Manchester para hacer un postgrado de Ecología
Evolutiva, cuando arrimó el ascua a los estudiantes de Económicas y
sintió el deber moral de darle un giro a sus estudios...
"Yo me fui de España en el 2005 en plena euforia y en los últimos años he ido palpando el deterioro de la sociedad.
Como mucha gente, he sentido la curiosidad de explorar más a fondo la
Economía para entender lo que está pasando y buscar soluciones. El
problema es que mucha gente empieza la carrera con esa inquietud y se
decepciona muy pronto porque ve que lo que les enseñan está muy lejos
del mundo real", asegura esta joven, miembro del equipo que coordina la
red internacional de Rethinking Economy.
"El tópico de que estudiamos Económicas para hacernos millonarios como "brokers" o banqueros pasó a la historia",
certifica Rikin Parekh, 20 años, estudiante de la Universidad de
Manchester. "Mucha gente de mi generación estudia con la idea de
comprender cómo funciona el mundo e intentar cambiarlo a mejor: desde
cómo paliar la pobreza a cómo combatir el desempleo, que es hoy por hoy
el problema más grave que nos afecta a los jóvenes".
"El problema es que la sociedad ha cambiado mucho estos
últimos seis años y la Universidad sigue exactamente igual", se lamenta
Maeve Cohen, 27 años, una de las activistas más combativas de la
Post-Crash Society. "No ha existido una revisión crítica de los errores
cometidos que nos llevaron a la debacle. Ni tampoco ha habido una
voluntad de ponerse al día y buscar de soluciones para que algo así no
vuelva a ocurrir".
Los estudiantes denuncian la existencia de una "burbuja
académica" donde se perpetúa la enseñanza de la economía "neoclásica"
por los siglos de los siglos, con la exclusión de todas las teorías que
vinieron antes y después en la historia... "Y aunque es cierto que la
Universida se ha mostrado receptiva ante nuestras demandas, no vemos al
final indicios de un cambio real, ni una voluntad de poner al día el
currículo".
Bajar de la burbuja académica
Por eso los estudiantes se han puesto manos a la obra, con conferencias alternativas como la impartida por Ha-Joon Chang,
profesor en Cambridge y autor de "23 cosas que no te cuentan el
capitalismo", o con seminarios como el organizado por Devrim Yilmaz,
bajo el sugerente título de "Burbujas, pánicos y "cracks": una
introducción a las teorías alternativas sobre las crisis económicas".
"Lo que pretendemos es ni más ni menos que ensanchar el
horizonte", apunta Henri Sorotos, estudiante de 21 años, con familia en
Grecia que ha sufrido muy directamente los efectos de la crisis. "Y no
nos basta con traer economistas, queremos también enriquecer el
currículo con otras ciencias. Ya está bien de poner el énfasis casi
excluviso en las matemáticas. Unas cuantas horas de Filosofía en tres
años no son suficientes. Creemos que la Economía tiene que estar
arraigada en la sociedad y tiene que ser ante todo una ciencia
interdisciplinar".
A los estudiantes inquietos de Manchester, y de tantos
otros lugares, se les han acusado ocasionalmente de "motivación
política", y no precisamente conservadora. Ellos se defienden alegando
que el único principio que les une es el "pluralismo", y que no están al servicio de un partido, ni de una ideología.
"Algo debe estar pasando en decenas de facultades de
Económicas en todo el mundo cuando los universitarios hacen causa común
para pedir cambios en sus planes de estudio", volvemos con Diana García
López, al habla desde Cambridge. ""Cuando el río suena, agua lleva",
decimos en España, y está claro que este movimiento va a más, porque la
sociedad sigue pagando las consecuencias y no podemos seguir actuando (y
estudiando) como si nada hubiera pasado estos últimos seis años".
"El reloj de la historia está marcado las horas, y se espera que haya una respuesta por parte de los académicos de Económicas",
advierte Diana a título personal (insiste). "Muchos profesores
reconocen también que se sienten también atrapados por las limitaciones
que les impone el currículo... Creo que ha llegado el momento de mirar
más allá de la burbuja académica, bajar del torreón y reconectar la
disciplina económica con sus raíces: la sociedad a la que se supone que
tiene que servir".