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Carta de Julio Anguita al FCSM: Una autoevaluación colectiva
En cualquier actividad humana y especialmente en aquellas que
implican relaciones sociales en la búsqueda de acuerdos y consensos para
crear mayoría, se hace necesario cada determinado tiempo hacer un alto
para evaluar, reflexionar y analizar la situación de los objetivos
perseguidos, los métodos, la fuerza social y, sobre todo la capacidad
para pasar a otras fases o estadios de la consolidación del proyecto. En
nuestro caso, el de desarrollar un contrapoder cívico capaz de cambiar
las cosas en el horizonte de la consecución de los DDHH.
Es
el proceso de acción- reflexión- acción, etc. tan explicado y defendido
por los clásicos. Una hiperactividad de movilizaciones, actos, luchas, y
demás manifestaciones del clima de crispación social que no vaya
acompañada de los tiempos dedicados a pensar sobre el objeto de la
movilización conduce a la inacción, la falta de apoyos ciudadanos y, lo
que es peor, a la agitación rutinaria. Y de la misma manera, todo
proyecto con la voluntad suficiente de atraer apoyo cívico para su
avance, crecimiento y complejidad que se desligue de la acción por mor
de una permanente discusión académica en el encerado sobre las ideas
puras, conduce irreversiblemente a la muerte a causa del alejamiento de
la realidad.
En este mes de Junio hace dos años que lancé
el llamamiento para la constitución del Frente Cívico-Somos Mayoría. En
este mismo mes del 2014 se va a producir, por mandato de la Asamblea
Constituyente, un cambio de personas en la Mesa Estatal. Creo que es
éste precisamente el momento indicado para tomar decisiones a la luz de
la reflexión sosegada, reposada y sobre todo colectivamente efectuada.
Creo que la confluencia de ambos acontecimientos es una ocasión
inmejorable para que hagamos una autoevaluación colectiva sobre el
momento del Frente Cívico y especialmente sobre su futuro. Mis
opiniones, comentarios y sugerencias son fruto de la observación
permanente del Frente Cívico y sus avatares. Escribo estas líneas sin
otra intención que la de aportar al debate colectivo. Para una mayor
claridad -y brevedad- en la exposición, la hago a través de puntos.
1.
Para el movimiento social y político ciudadano en todas sus
manifestaciones, organizaciones y luchas hay un antes y un después del
22 de Marzo de 2014. Mis valoraciones y propuestas sobre aquella jornada
ya las expuse en el artículo titulado ¿Y ahora qué? el 24 de Marzo. Lo
que quiero resaltar ahora es que no hay posibilidad de afrontar el
futuro de nuestra lucha sin tener en cuenta las enseñanzas de aquella
acción.
2. Nuestra corta historia hasta esa fecha ha sido
la de una serie de fases en las que la concepción y desarrollo del
Frente Cívico-Somos Mayoría tuvo que sobreponerse a una serie de
dificultades dimanadas de las inercias con las que se juzgaba y
aquilataba la nueva organización. Creo que ese debate ya fue superado y
ahora resta situarnos en el contexto de después del 22-M.
3.
Con apenas organización, medios, infraestructuras y ecos en los medios
de comunicación hemos sido capaces de estar con acierto en el lugar
preciso y con las iniciativas concordes con el momento. Y lo hemos hecho
realizando un papel poco usual pero que en nosotros constituye una
característica esencial: la renuncia al protagonismo facilón, mediático y
flor de un día. Nuestro trabajo se supedita totalmente y siempre, a
conseguir los objetivos parciales y estratégicos que compartimos con la
mayoría. Esa es precisamente nuestra especificidad. Trabajamos
permanentemente para la unidad en la lucha y en la construcción del
contrapoder ciudadano.
4. Pero ahora estamos ante una
nueva fase, ante una nueva etapa. El poder económico social e ideológico
que hegemoniza a la inmensa mayoría de las fuerzas políticas se apresta
a dar una vuelta de tornillo más a su dominación. La troika ya ha dado
las instrucciones de más recortes para después de las elecciones
europeas. El llamado proyecto europeo es una falacia en la que las
oscuras y opacas negociaciones entre la UE y USA sobre el Tratado de
Libre Comercio desembocarán – a no impedirlo- en empeoramiento de la
economía y las condiciones de vida de las poblaciones trabajadoras. El
anuncio de una coalición del bipartito como en Alemania, no es un desliz
de González sino la necesidad que ese poder tiene de resolver una grave
“cuestión de Estado”. GÜRTEL, ERES y el caso NOOS contienen la
suficiente cantidad de corrupción endémica e institucionalizada como
para llevarse por delante al régimen de la Transición. En consecuencia,
estemos preparados para asistir a una operación de Ley de Punto Final
que haga borrón y cuenta nueva. Así son la mayoría de las llamadas
cuestiones de Estado.
5. Este es el panorama que se abre
ante nosotros y ante los demás movimientos y colectivos que compartimos
la misma lucha y el mismo proyecto de construir el contrapoder
ciudadano. Y exactamente ahí, en esa coyuntura, es donde debemos
insertar nuestra capacidad de análisis, lucha, pedagogía, planteamientos
programáticos y alianzas. En torno a esa tarea me atrevo a dar
opiniones y propuestas. Tomadlas como aportaciones y reflexiones, cara
al debate que sin duda plantearéis.
Reflexiones y apuntes
1.
Para la nueva fase que inaugura el 22 M ,el Frente Cívico necesita de
una Mesa Estatal y de otros órganos de coordinación acorde con la
situación. Pero la renovación necesaria debe contemplar la necesidad de
que siempre y en cada cambio de personas quede un grupo de compañer@s de
la Mesa anterior para que haya una garantía de continuidad en el
trabajo colectivo. Y eso no es una cuestión de porcentajes, reglamentos o
estatutos sino del buen sentido común que dimana de la asunción del
proyecto.
2. El Frente Cívico necesita expandirse,
organizarse y asentarse en territorios, problemáticas sectoriales y
permanentemente en el tejido social. Nuestra capacidad de trabajo
flexible, coyuntural y de actualidad necesita, precisamente, de una
organización que garantice esa maniobrabilidad. Estoy diciendo que
debemos relanzar la idea del Frente Cívico en esta nueva coyuntura.
Nuestra capacidad organizativa ya ha dado de sí todo lo que podía dar. Y
ha sido mucho.
3. Uno de nuestros rasgos característicos
del que hemos blasonado ha sido la entrega totalmente desinteresada al
proyecto. Nuestras afirmaciones de que aquí no se le preguntaba a nadie
de donde venía sino a donde quería ir constituye, junto lo de que aquí
no venimos a servirnos sino a servir, una marca especial que ha sido
reconocida por los demás. Pero esa verdad ha velado, ha ocultado algunos
aspectos y situaciones que ahora deben abordarse.
4. Todo
lo realizado desde nuestra fundación ha sido en virtud del esfuerzo,
trabajo y sacrificio de tod@s nosotr@s. Pero en justicia he de decir que
en bastantes casos el sacrificio ha sido algo más que heroico. Gastos
de desplazamiento. hospedaje y otras necesidades inherentes al
desarrollo del Frente Cívico han descansado sobre las espaldas de cada
uno y de cada una. Este esfuerzo no se ha repartido sobre situaciones
personales idénticas o similares. Ha habido, y hay, ejemplos de entrega
al trabajo con condiciones económicas que califico de increíbles y hasta
escandalosas. Nosotr@s partidari@s de la justicia distributiva más
ejemplar no podemos seguir ignorando esto. Porque de hacerlo estaríamos
diciendo que solamente pueden dedicarse a la lucha social aquellos y
aquellas que tienen determinado nivel de ingresos. Sería volver a los
tiempos en que la actividad política o social era cosa para potentados.
Esta
reflexión conduce a una toma de decisiones que corrija esta situación
porque corregirla es garantizar la viabilidad futura del proyecto. En
consecuencia, propongo que la Mesa Estatal ponga en marcha el proceso
pertinente para que la autofinanciación del Frente Cívico sea también
una cuestión de participación democrática de sus afiliados y
simpatizantes. Y además una cuestión de corresponsabilidad.
Permitidme
que aclare algunas cuestiones que sobre esta propuesta puedan aparecer.
En el Frente Cívico nadie debe disfrutar de una retribución que
posibilite la “profesionalización” por dedicación a él; pero sí debe
ocuparse de que tareas concretas para el mantenimiento del Frente no
supongan merma alguna a los compañer@ que las realicen y tengan su justa
compensación, además de ocuparse de las tareas del mismo sin que ello
redunde en más sacrificios que los del tiempo, el esfuerzo y la
dedicación. Por otra parte la propia organización necesita como tal de
unos mínimos de maniobrabilidad y dedicación.
No hay
problema alguno si en las cuestiones económicas -de cualquier cuota o
aportación- existe, desde el principio, el control en origen. La
experiencia de muchos años me ha enseñado que es la inhibición en la
correcta vigilancia de quienes debieran hacerla el origen de ciertas
desviaciones.
Y queda una última cuestión que no es precisamente
la última en importancia. Los acontecimientos que han desembocado en el
22-M han hecho imposible desarrollar ciertos acuerdos y propuestas que
estaban contempladas en nuestros documentos fundacionales. Destaco dos
de ellas:
Las Áreas de Elaboración Colectiva son el método más
eficaz para conseguir propuestas programáticas favorables a la mayoría,
pero además son el instrumento más acabado para que en ellas se dé el
encuentro entre los saberes y las necesidades. Las Áreas constituyen un
lugar perfecto para establecer las alianzas para a la construcción del
contrapoder. Para mayor explicación me remito a los documentos aprobados
en Asambleas. Las Áreas de Elaboración tienen ya un primer material
sobre el que trabajar: los 16 puntos que hemos aprobado. Dichos puntos
necesitan de difusión, profundización, crítica, incardinación en la
legalidad vigente, etc. es decir convertirse en proyecto de programa
acabado que consiga el respaldo mayoritario por haber participado en su
elaboración. La tarea de hacer posible las propuestas programáticas
propias de un cambio necesitan de un trabajo en la base que solamente
las Áreas pueden realizar.
Debemos relanzar en unos casos y
comenzar en otros la tarea de la organización territorial del Frente
Cívico. Sin organización territorial no existen ni el proyecto ni la
organización, pero tampoco las garantías de participación democrática.
Creo que ya es hora y sobre todo cara a lo que se avecina de poner en
marcha la organización del Frente Cívico según el actual organigrama del
Estado español.
JULIO ANGUITA